lunes, 23 de mayo de 2016

Que mis dedos...

Que mis dedos que te extrañan hoy te escriban,
y que sepan que a pesar de la distancia
están para nunca estar.

Que en la soledad de la noche, muy a pesar de no tenerte
te tenga sola en los recuerdos apagados
y en la flor marchita y maldecida.

Por que la crueldad de todo está en nada
en insignificancias que se apagan
al sonar de un beso caliente, pasajero.

Que mis dedos se detengan de escribir,
cansados y efímeros,
Rotos. Lapidados.

Hoy no quiero más que enterrar el sentimiento
que se pasea a las 3 de la mañana
en sueños incandescentes y en preocupaciones estúpidas.
Esas visiones de vivencias del pasado
que revolotean, impacientes, desesperantes
justo antes de despertar
justo antes de tenerme sola
justo antes de que alguna lágrima se pasee en mi mejilla
y se llene de amargura, a las 3 de la mañana.

AAGM

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