AMORES QUE MATAN
Hay amores que matan, que se van, que vienen, que vuelven, que
arrebatan. Existen particularidades compartidas, que se extrapolan a
sentimientos inherentes, insuficientes, diferenciales. Distintos amores, sí, de
los que vienen y se van, de los que comparten un café, una cama, un amigo, un
secreto, pero que a final de cuentas, se van, empapados de orgullo, destinados
a nunca sanar, sin embargo…vuelven.
Existen contrariedades también, diferentes
puntos de vista, intolerancias marchitas, dudas inimaginables, que surgen de la
entraña más profunda, del sentimiento más arraigado, de la obligación más
placentera, de la indirecta más directa. Como aquel con el que compartías el
cuerpo, que viene de repente, que se va por lapsos largos, regresa efusivo, y
se va mimado. Aquel amigo, que complacía los momentos escarchados de pulcritud
pervertida, aquel “amigo” que necesitaba saberte una ves al mes, para odiarte,
despreciarte por el resto de los días, para llamarte después.
De todo eso y de nada más, decidida a olvidarte,
a quemarte en vida, a hundirte en el recuerdo más impensable, a desecharte, me
supongo escribir, más de veinte rumores, más de veinte mentadas, para ya nunca
más extrañar, al amigo que duele, a ese que estaba en momentos divinos, aquel
que orgullosa derramabas, aguantabas, esperabas… Ese que al fin de cuentas,
siempre estaba, siempre llamaba, te involucraba. El sentimiento entintado, el
deseo vívido, el amor puro, construido, cimiento tras cimiento, ladrillo tras
ladrillo. Aquel que sin pensarlo, el día más remoto, más insano; revelado y
taciturno, como todo lo que se ama en la vida, muere, y se tiene que olvidar,
que despreciar, que no dejarse en el recuerdo, para evitar profundas y
dolorosas cicatrices, abultadas, difundidas.
De una vez por todas, aléjate, deja a un lado
las cursilerías, in anímate, deshazte.
Intrincada, y decidida, refugiada en el
adiós, hoy me decido irrevocablemente a despedirte, porque así como todo
comienza un buen día, acaba también, existen amores que se van, que vienen, que
vuelven, que arrebatan, hay amores que matan.
Vete.
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