miércoles, 23 de junio de 2021

Hay ciertas formas en la música que me atrapan y me vuelven obsesiva, es la magnitud de un color, de la temperatura o quizás de la intensidad del ritmo que me domina y crea sensaciones impensables en mi cuerpo. Tal pareciera que algunas de las canciones fueran totalmente diseñadas para que todo mi ser sufra alteraciones serias. Y con lo serio me refiero a que, cuando me centro en el profundo sentimiento que genera, una repentina carga eléctrica me recorre completa y me hace explotar y sentirme satisfecha. 

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