Sigues siendo mi deseo del 11:11
ese pensamiento constante
esa adulación que no te gusta.
Eres, un recuerdo por las madrugadas,
un pestañeo que cala
que infinitamente me flagela
y me pregunta: por qué si?
Y me respondo, sin novedad: y por qué no?
La terquedad incesante
la fuga más complicada
y el detalle menos visto:
eso eres.
La llave maestra que lo abre todo,
un insulto memorable
por la causa de doler,
por la misma razón
de interminablemente interrogarme:
Qué paso? Cuándo fue? Fue? Deja vú.
Que merodea tu voz;
la que para nada tiene un
timbre penetrante,
pero que sin duda en palabras
me impregnó un dejo inolvidable
de promesas
a medio decir;
medio verdades- medio mentiras
tu mercadotecnia adquirible
y el financiamiento de un amor
que se ha convertido
en el anhelo, en un suspiro a las 11:11.
AAGM
19/02/21