¿Y qué somos en realidad?
El espejismo más sombrío,
de lo que no queremos ser,
son las ganas de vernos
pero no estar juntos,
de llamarnos, de escucharnos
pero estando sordos.
Es que somos, la agonía perfecta
del corazón que quiere, pero no quería,
de abrazar durante media hora
intercambiando intimidades intrínsecas,
y después no tocarnos ni para
decir adiós.
Somos la excusa perfecta para mirarnos
en silencio,
de reojo;
sin que te des cuenta;
y sonreír,
y después desaparecer
sin dejar si quiera rastro de ti
de mi,
de los dos... que somos
pero no vamos ¿Qué somos?
Tan impersonal,
tan sin chiste,
como dos amantes indispuestos
como el olor de una flor en otoño,
como cuando me dices que sí
pero se, que lo que quieres es huir.
¿ Y a qué jugamos entonces?
jueves, 13 de junio de 2019
jueves, 7 de marzo de 2019
Autoterapia de regresiones conjugadas: limpiando las mentiras.
Porque las causantes de todas
las desilusiones,
de las noches sin dormir,
de las respuestas frías,
de los intereses perdidos,
y de las pérfidas esperanzas,
insulsas, desganadas,
son siempre las causales
mas desesperadas,
las negadas,
las temidas,
las calladas,
las estúpidas,
las frívolas y siempre vivas: mentiras.
Las que tu boca dicen y distribuyen
de manera irreconocible,
las que siempre se interponen
entre tu cuerpo, el mio y el corazón.
Las que flotan siempre victoriosas
y pretenden confundir
¿Dar un lapso de tiempo razonable?
¿Dejar en visto lo real?
¿Maquillar una frase nunca dicha?
¿Esconder el hecho de que no está bien?
Y por ellas, siempre me escondo
siempre me limito
y pienso que no mereces
que no vale la pena decirte
cuán vívido está mi corazón (y afligido)
y que a pesar de su tristeza, late y
el sentimiento florece con
cada beso tuyo,
o en cada vez que congeniamos
en cuerpo
en fluido
en revoltijo.
Y por ellas prefiero quedarme
callada, y dejar todo esto como está,
dejar que el tiempo
termine de alejarte
y de nuevo quede así (como siempre)
esperando una palabra,
una caricia (tuya)
que se ya no vendrá.
07/03/19
las desilusiones,
de las noches sin dormir,
de las respuestas frías,
de los intereses perdidos,
y de las pérfidas esperanzas,
insulsas, desganadas,
son siempre las causales
mas desesperadas,
las negadas,
las temidas,
las calladas,
las estúpidas,
las frívolas y siempre vivas: mentiras.
Las que tu boca dicen y distribuyen
de manera irreconocible,
las que siempre se interponen
entre tu cuerpo, el mio y el corazón.
Las que flotan siempre victoriosas
y pretenden confundir
¿Dar un lapso de tiempo razonable?
¿Dejar en visto lo real?
¿Maquillar una frase nunca dicha?
¿Esconder el hecho de que no está bien?
Y por ellas, siempre me escondo
siempre me limito
y pienso que no mereces
que no vale la pena decirte
cuán vívido está mi corazón (y afligido)
y que a pesar de su tristeza, late y
el sentimiento florece con
cada beso tuyo,
o en cada vez que congeniamos
en cuerpo
en fluido
en revoltijo.
Y por ellas prefiero quedarme
callada, y dejar todo esto como está,
dejar que el tiempo
termine de alejarte
y de nuevo quede así (como siempre)
esperando una palabra,
una caricia (tuya)
que se ya no vendrá.
07/03/19
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